Perversos y diversos.

Cuando se clasificó el comportamiento sexual primero se eliminaron los términos que se referían a suposiciones donde se debía a comportamientos forzados por terceros, incluyendo fuerzas malignas y posesiones, los comportamientos aberrantes fueron rechazados (bestialismo, sodomía, actos "contranatura") admitiendo a la clasificación de los comportamientos considerados que no eran aceptados socialmente como perversiones, entonces se enumeraron el fetichismo, la homosexualidad, el exhibicionismo, el sadomasoquismo, el voyeurismo, la masturbación y la abstinencia entre otras, que sin excepción debían ser tomados como trastornos o patologías.

Fue Sigmund Freud quien en "Tres ensayos de teoría sexual" (1905), quien le dio a perversión su significado actual dentro de la psiquiatría que se refiere a un comportamiento no común de la sexualidad aceptada socialmente y llamó al comportamiento obsesivo de la perversión como neurosis, dejando claro que dichos comportamientos eran totalmente válidos dentro de la forma de expresar el erotismo humano y como forma de obtener placer.

Al separar la homosexualidad de la lista de perversiones al ser considerada una forma de Orientación Sexual se pudo despatologizar y dejó de ser tomada como trastorno a partir de 1973 y totalmente fuera de las enfermedades mentales en 1990, las perversiones tuvieron que esperar a 1987, año en que la APA (Asociación Estadounidense de Psiquiatría) eliminó el término perversión del DSM y cambió por parafilia.

La parafilia o comportamiento sexual no relacionado a la cópula (coito), dejó fuera de su lista a la masturbación, la abstinencia, el sexo oral, el sexo anal y otras formas de obtener placer sin necesidad de llegar a la cópula necesariamente para llegar al clímax, el resto tenía que diferenciarse al separar el Comportamiento Sexual del Comportamiento Obsesivo, siendo el primero una conducta sexual inofensiva y el segundo una forma adictiva en la cual la persona no puede logar el placer a menos que exista ese comportamiento presente.

Se habla muy poco de quienes practican las parafilias como forma de placer alterno a la sexualidad convencional que se niegan a ser considerados enfermos o que padecen de una patología parafílica, uno de los mayores grupos afines a las mismas que hasta hace poco tiempo referían permanecer en el anonimato ha sido el BDSM, nombre tomado del conjunto de prácticas que gustan de realizar como forma de juego o actividad erótica no sexualmente implícita que viene de Bondage, Disciplina, Dominación,Sumisión, Sadomasoquismo.

Algunos grupos asumen las Reglas que limitan los comportamientos al Juego, como es el caso del Sano, Seguro y Consensuado, algunos activistas dentro del Medio Leather o Cultura del Cuero que realizan las mismas prácticas prefieren ser llamados Perversos y no BDSM en una forma no peyorativa, sino derivada del nombre dado por Freud para diferenciarse de los Vainilla o personas que prefieren el sexo convencional, pues BDSMeros les parece algo limitante y Leather habla más de relaciones y juegos de poder entre hombres, aunque en forma reciente han aparecido grupos femeninos de mujeres Leather con el protocolo de Dómina o Ama con la Girl o chica (equivalente al Dominante o Amo y el sumiso o esclavo).

También se aplica que no hay un nombre general sino una clasificación de "personas BDSM" o "Jugadores BDSM" porque consideran "BDSMeros" muy forzado y "perverso" como algo negativo, aparte de no verse comparados con Gay, que pasó de insulto a una forma de demostrar orgullo por la identidad, junto a la forma defensiva de ser considerados heterosexuales en su mayoría, la visibilización BDSM y su relación con las parafilias como juegos y expresiones sexuales han puesto en la mesa el asunto de los Derechos Sexuales y la libertad de buscar el placer por toda forma posible mientras no se cause daño a un tercero, base misma del consenso usado entre todos los practicantes.

Todavía existen legislaciones donde se criminalizan ciertos comportamientos sexuales o se persiguen por igual a psicópatas como a personas que gustan del BDSM como simple y sana diversión, en otros lados se ha ido separando el asunto legal del psicológico, pero no se ha llegado a considerar que ser BDSM o tener una parafilia no es sinónimo de ningún trastorno o problema mental ni emocional, es un asunto y cuestión de gustos personales.

La visibilización del BDSM se ha vuelto un asunto de Libertades y Derechos Sexuales, por lo cual vemos ahora su deseo de participar y agregarse a las Marchas LGBT como grupo organizado, para todos es un placer recibirlos, sobre todo los Leather y practicantes de BDSM entre hombres.

Nos vemos el 27.