Rumbo a la Marcha... (3).

Tan malentendida está la palabra "Orgullo" que muchos la confunden con actitudes que señalan lo peor de "ser Gay" (promiscuidad, drogas, alcohol, sexo sin protección y un largo etcétera que reducen a un término muy del machismo mexicano: putería), cuando el origen de "Orgullo" es más amplio, "Pride" es el término que se empezó a usar desde 1970 para definir la visibilización de la población homosexual, el motivo era cambiar la imagen que la población en general se formaba sobre los hombres homosexuales y los travestis, pues a la imagen de inestables emocionalmente, depravados y degenerados se agregaba la poca atención "humanista" que había que se reducía a considerar que era necesario "curar" el motivo de la ansiedad que causaba, a la misma homosexualidad, pues la idea de sensibilizar el medio para ayudar a la aceptación, algo planteado desde finales del siglo XIX entre los primeros activistas de la causa homosexual, no era bien vista en los años 50 y 60 en que todo cambio progresista era considerado que atentaba contra la estabilidad social, cosa que se estaba experimentado con el Movimiento de Liberación Femenina, el final de la segregación racial en el Sur de Estados Unidos y el Movimiento Hippy con su promoción del amor libre y el pacifismo, que ante la Guerra Fría eran una provocación a las posturas más conservadoras que comparaban la estabilidad de los años 50 con la paz y la prosperidad material alcanzada.

En esos años la psiquiatría tradicional trataba de hacer que el individuo fuera funcional ante la sociedad, de ahí que se intentara que todo problema mental y emocional relacionarlo con la capacidad de aceptar el entorno, quien no parecía asimilarse eran entonces un enfermo y su "mal" debía tratarse de exterminar, millones de personas en el mundo sufrieron de encierros en centros mentales, recibieron dosis extremas de insulina, choques eléctricos, castigos, aislamiento y lobotomías, en su mayoría llevados por la incomprensión de sus propias familias que buscaban "curar" a un pariente y que pudiera ser "normal", aunque la felicidad buscada no estaba considerada como una meta.

Los avances en el entendimiento de la personalidad permitieron encontrar que muchos de los "problemas" como sufrir de angustia o depresión eran motivados por esa necesidad de encajar y no eran más que síntomas del problema real, gracias a la acción de varios especialistas y el avance en la forma de determinar una enfermedad o un trastorno fue que en 1973 la homosexualidad fue retirada de la lista de enfermedades mentales por la Asociación Psiquiátrica Americana, APA, para empezar a ayudar a la persona en su aceptación como homosexual, en este cambio influyó el doctor Robert Spitzer, quien tuvo una separación grave con el Movimiento LGBT al buscar entre 2000 y 2010 una posible relación entre la homosexualidad y el medio, tras 11 años determinó que la creencia de que uno se volvía homosexual, y por tanto la Orientación Sexual podía ser modificada o cambiada, era algo imposible sin causar daños irreversibles en el individuo, pues toda persona que se viera forzada, incluso voluntariamente a cambiar de Orientación Sexual, sufría daños que causaban depresión, ansiedad, represión y conductas autodestructivas como el abuso del alcohol, las drogas, dependencias emocionales y el suicidio, era el Medio (familia, pareja, sociedad, escuela, trabajo y atención del Estado) lo que debía cambiar, cambio que solo se podía lograr al visibilizar los problemas que se sufrían cuando nadie orientaba a las personas involucradas.

En los medios como el cine, la radio y la televisión fue hasta los años 80, en parte por la epidemia del SIDA y la actitud negativa de gobiernos conservadores como Reagan en Estados Unidos y Tatcher en Reino Unido, que la imagen del homosexual como degenerado, inestable, abusador, drogadicto y demás adjetivos, cambió hacia el homosexual como humano, persona igual que los demás que necesitaba una sociedad más abierta a conocerlo y receptiva a sus problemas, aunque todavía había mucho que recorrer, millones de personas, no solo hombres homosexuales, entendieron que solo se podía avanzar dejando ver que existían, que la oscuridad del closet era una opción que se escogía y no una obligación para ser aceptado.

Continuará...

Las terapias de "reconversión", "fijación" y "reorientación" sexual están prohibidas en varios países y se desconocen por la práctica psicológica y psiquiátrica de muchas escuelas médicas, han sido retomadas por grupos religiosos y supuestas asociaciones humanitarias que buscan lucrar con las necesidades de las personas, pero no son ninguna opción para el individuo, sino un placebo para personas que todavía viven en la ignorancia y necesitan conocer y comprender que la homosexualidad, como otras condiciones sexuales, no son enfermedades ni delitos, son solo otras formas de sexualidad tan válidas como la heterosexualidad.