Es muy conocida la historia de que Rob Halford, vocalista de la banda inglesa de Heavy Metal Judas Priest, buscando una inspiración para la "imagen" que acompañara su música decidió entrar a una tienda fetish y compró varios artículos para sexo "kinky", que acompañó con vestirse de cuero y estoperoles montado en una motocicleta y llevando un látigo en sus presentaciones, la historia como tal es cierta, pero lo que tuvo que esperar hasta finales de los años 90 fue la confesión de Halford sobre su homosexualidad y su "identidad" Leather, que además asumía con su relación al sexo y prácticas Sadomasoquistas y Fetichistas.
Lo anterior viene mucho a cuento ante la creencia popular de que el BDSM es "padre" del Fetichismo por el cuero y de la identidad Leather, lo cual hace considerar que las prácticas de sexualidad alterna estén ligadas a la homosexualidad masculina, o que existe la "fusión" entre BDSM, como práctica heterosexual y el concepto Leather como práctica homosexual, lo cual viene a ser falso, pues lo que existe son puntos en común entre ambas categorías, teniendo distinto origen, expectativas y épocas en que surgieron como actitudes entre esas poblaciones.
Una "Identidad" BDSM no existe, existen personas practicantes de sexualidad alterna que forman en conjunto el Medio, donde los practicantes serios tienen un espacio y, aunque no una hermandad, al menos una actitud de respeto entre ellos y a las prácticas que otros realizan pidiendo el mismo trato hacia las que ellos mismos hacen, en los tiempos de la llamada Vieja Guardia (entre la Segunda Guerra Mundial y los años 70), muchas prácticas se realizaban como una forma de hacer disidencia ante los estrictos códigos que pretendían regular la sexualidad en las sociedades estadounidense y soviética, la forma de entenderse y reconocerse se hacía por ciertos códigos de vestuario, aditamentos y otras formas comunes en el mundo Underground, caso muy parecido en el Underground homosexual, pues las divisiones son poco claras en esas épocas y muchos no tenían un propósito de hacer disidencia, solo buscar placer y la experimentación por medios alternos o distintos al sexo convencional, de ahí que muchos fetiches se relacionaran con el ambiente social y cultural de esos tiempos y que la búsqueda de actividades "prohibidas" tuviera que ver hasta con asuntos raciales, se buscaba sexo con un hombre negro, latino u oriental en lugares donde se prohibían los matrimonios mixtos o que socialmente eran mal vistas las relaciones con blancos, en las actividades "prohibidas" era común buscarlas, pues el rechazo expresado se convertía en su mayor forma de promoverlas.
Entre los años 60 y 70 no faltó que al sexo alterno se le considerara una moda snob o algo sofisticado de clases educadas, la imagen era importante y varios conceptos de la cultura Pop llenaron la imaginación del como "debía ser" verse como una Dómina, un hombre peligroso o una actividad "prohibida", desde Betty Page con sus afiches de posturas sensuales a las fiestas en el famoso "54" en Nueva York, en el Medio homosexual estaba el dibujante Tom of Finland y el fotógrafo Peter Berlin, donde vestimenta, actitudes, pornografía y demás objetos despertaban esa imaginación que no aparecía en el erotismo "oficial" de Playboy, aunque Hustler ya estaba explorando el morbo descarado y vulgar que muchos esperaban tener, con la aparición de las temáticas de la mujer liberada que llegaba al límite de "tener la iniciativa" fue con Emmanuelle, Garganta profunda y La Historia de 'O' que la temática llegó al cine comercial y a la cultura del nuevo entretenimiento adulto de los cines, librerías y tiendas de artículos sexuales.
Hacia finales de los 90, con las redes sociales, el punto de buscar y ofrecer pasó a los medios electrónicos, dejando a un lado la vida subterránea, muchos lugares cambiaron su visión hacia el BDSM dando lugar a espacios perfectamente hechos para estas fantasías, desde prostíbulos, clubes y fiestas temáticas, donde se agregaba el "dejarse ver" como una nueva actitud, lo "Kinky" tomó el lugar de la privacidad, aunque no pocos que lo tomaron en serio creyeron que era la actitud "válida" que debía ser considerada el "verdadero" BDSM y no las prácticas, como se supone debía ser, era la vestimenta lo importante, las "relaciones" o juegos de poder debían mostrarse de forma explícita y los juguetes, los artefactos, eran lo importante y no el juego para el cual se crearon, el presumir lo que se tenía era una forma de demostrar que tanto se adentraba uno y era por tanto "real" en el BDSM, aunque, retomando la Identidad Leather de los homosexuales antes de 1970, no era importante desmentirlo cuando se podía volver a tener privacidad y un medio Underground al dejar que lo visible tomara un lugar de primera importancia, así los verdaderos BDSM tendrían un espacio para practicar sin interrupciones del "ruido" causado por la atención mediática.
Lo anterior tampoco puede decirse sea totalmente claro, pues a cualquier practicante serio de BDSM se le puede preguntar sobre prácticas, formas y acuerdos, pero al preguntar lo que no es BDSM encontramos algo mucho más interesante, parecido a "¿qué no es Heavy Metal?" dentro de la comunidad de músicos que, en un principio, se consideraron también una "familia" y cada quien acusa o señala a otros de no ser iguales a ellos.
Continuará...
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