lunes, 19 de junio de 2017
Rumbo a la Marcha...(6).
Cuando Alfred Kinsey publicó a finales de los 40 su estudio sobre el comportamiento sexual de los hombres, dando a conocer que cerca del 35% de la población de hombres adultos había sentido algún tipo de atracción hacia su mismo sexo que había llegado a concretar la experiencia del sexo homosexual de forma real o imaginaria, es que se tuvieron bases sobre la Diversidad Sexual Humana, dejando fuera la idea de una mayoría heterosexual cuya función principal era la reproducción.
Desde mediados del siglo XIX varios fueron los pioneros sobre sexualidad que dudaron que la homosexualidad fuera un problema, pues aquellas personas que tenían un medio familiar más incluyente les era más fácil adaptarse al medio social, aunque pocos, era significativo que diversas personas homosexuales al saber que lo eran decidían expresarlo en vez de reprimirlo y aún con limitantes tuvieron una vida mejor que los que la reprimían, desde la creación del Comité Científico Humanitario, una sociedad que luchó por la defensa de los derechos de las personas homosexuales a finales del siglo en Alemania, ver la homosexualidad como una realidad humana llevó a varios científicos a querer entender esa realidad, siendo el primer instituto de sexología creado por el doctor Margus Hirschfeld en Berlín los que reunieron datos sobre la sexualidad, se clasificó el comportamiento entre sus expresiones y la manera en que se ejercía, ayudando a dar un paso hacia la comprensión de una Diversidad Sexual más allá de Heterosexualidad y Homosexualidad, además de acuñar el término trasvestismo y los primeros avances sobre Transexualidad al tratar el caso de Lilly Elbe, primer transgénero en quien se realizaron los primeros trasplantes y cirugía reconstructiva.
Con el cierre del instituto en 1933 al momento del acenso nazi en Alemania, cuya política rechazaba la homosexualidad y la calificó de un "vicio burgués" fue que la persecución de los hombres sospechosos de homosexualidad por no cumplir con el "ideal masculino" de la época, llevó a miles de hombres alemanes a portar el triángulo inverso rosa, mientras que las mujeres sospechosas de no ser heterosexuales por no tener hijos, dedicarse a labores domésticas ni estar casadas fueron marcadas por el triángulo negro al considerarlas inútiles para la causa aria.
La práctica psiquiátrica en los años 50 y 60 intentó "curar" la homosexualidad al considerar que los hombres y mujeres homosexuales no podían aspirar a la realización plena humana, esta "normalización" enfrentó aparte el rechazo de quienes se vivían como homosexuales y no creían que hubiera problemas más allá de los mismos que enfrentaba cualquier personas heterosexual, la depresión, neurosis y otros padecimientos relacionados no debían ser un síntoma de homosexualidad sino una consecuencia de la falta de herramientas emocionales para integrarse socialmente, el cambio de esta forma de ver las enfermedades mentales dejó al fin que la Homosexualidad dejara de ser considerada una enfermedad mental en 1973 y que el 1990 hiciera lo mismo la Organización Mundial de la Salud, dejando al rechazo como el verdadero mal a vencer que se fue despojando de todas las armas que alguna vez lo sustentaron, pues se convirtió en un problema irracional con un nombre adecuado a su naturaleza: la homofobia.
Si bien el avance en la creación de leyes que protegen a las minorías sexuales contra la discriminación se ha dado de forma lenta, es ya una tendencia mundial en que se prescinde la Orientación Sexual de las características que se toman en cuenta para valorar el desempeño humano, permitiendo que otras formas de Identidad Sexual sean comprendidas y asimiladas socialmente, la Educación ha sido la mayor herramienta en el proceso permitiendo la sensibilización desde edades tempranas que refuerzan la integración de las minorías sexuales.
Aunque no faltan detractores, sobre todo grupos religiosos y conservadores, cuya actitud ha sido de rechazar dicha inclusión ante el temor de perder privilegios simbólicos, como la forma en que Estado y Gobierno asume lo que es una familia o la manera de ejercer las libertades y derechos sociales, su falta de racionalidad ha llevado a considerar los derechos humanos y su respeto de ideología y querer hacer pasar sus prejuicios de naturales y biológicos que la misma ciencia derrumba con argumentos sencillos, de ahí la importancia de la Educación Sexual ante los embates de los prejuicios religiosos y culturales.
Continuará...
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