Cáncer de testículo.
Este tipo de cáncer se presenta entre 1 y 6 de cada 100,000 hombres dependiendo de varios factores, siendo mayor entre los 18 y los 39 años y un 80% entre varones de raza blanca, llegando a 49,000 casos nuevos cada año y que van en aumento desde la década de 1950 en las naciones desarrolladas.
La detección a tiempo permite un índice de recuperación de casi el 90% de los casos, por eso es necesario hacerse una vez al mes la revisión frente a un espejo, palpar y detectar todo cambio en la forma y consistencia de los testículos, la presencia de crecimientos anormales, dolor cuando no ha habido un golpe en los testículos, dolor agudo en la ingle o el bajo vientre, casi siempre el tratamiento consiste en radioterapia, quimioterapia o la cirugía para extirpar el testículo, habiendo procedimientos estéticos (implantes con consistencia casi exacta al órgano extirpado) y métodos para la pérdida de la fertilidad, siendo el apoyo y el seguimiento del paciente necesario para no sentir que se pierden varias capacidades del varón.
No son síntomas el tener un testículo más bajo que el otro o que sea de un tamaño mayor uno de los dos de forma natural, pero el no haber bajado en la infancia puede estar relacionado, de ahí lo importante de consultar al médico ante cualquier problema relacionado al testículo.
Movember, mes de dejarse el mostacho en apoyo de los problemas de cáncer en varones, depresión y otros problemas masculinos.
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